Irónicamente tendré que comenzar este artículo diciendo que por esa regla de tres, también me estoy riendo de lo que voy escribiendo.
No es que piense que lo que os vaya a contar en los próximos renglones sea una verdad absoluta, ni mucho menos, sencillamente es lo que a mi me funciona actualmente.
Si es cierto que si lo plasmó sobre un papel o un post y lo publico para mostrarlo a más personas ya quizás pueda parecer que estoy intentando de forma indirecta convencer.
Nada más lejos de la realidad, aquí no trato de convencer a nadie, tan solo probablemente de hacerte reflexionar y tomar consciencia la próxima vez que te descubras intentando defender una idea.
Más aún si la defiendes enérgicamente digamos, por suavizar algo la expresión.

Como te puedes dar cuenta de que estas promoviendo tu verdad como absoluta:
Observándote y analizando si en tu defensa tienes los siguientes aspectos entre otros.
Los numerare no porque para mi tengan un orden de importancia, sino porque quede estructurado el post, que tanto la una como la otra son sencillamente interpretaciones mías.
1.- Si te das cuenta que estás más pendiente de exponer lo que piensas que de escuchar la otra idea.
Esto es una reacción muy normal, no porque estemos intentando tirar por tierra la idea de la otra persona, si nos paramos a analizar muchos de los debates que hemos tenido.
Siempre desde la neutralidad de que ya es algo pasado y es el momento de aprender de ello, nos daremos cuenta de que incluso en la mayoría de ellos estábamos diciendo lo mismo que el otro solo que con un enfoque distinto.
En este caso que estamos intentando llevar razón, (cuando realmente defendemos lo mismo) o sencillamente es una lucha de egos e intentamos quedarnos por encima o decir la última palabra.
Ahora que ya hemos identificado que realmente lo importante no es la idea o verdad de la que estamos hablando, lo que yo haría es reconocer que estoy en ego.
Es totalmente normal, el ego desde mi punto de vista es la herramienta básica con la que nos desenvolvemos en este plano terrenal, lo importante es identificarlo.
Una vez identificado yo me preguntaría, ¿porqué estoy en ego en esta situación?
Probablemente porque tengo un patrón instaurado por la educación de la sociedad donde me he desarrollado, quizás por que en esa sociedad se premia el saberte la lección o lo que es lo mismo llevar la razón.
Cada uno que indague si así lo quiere cuál es el motivo que le ha llevado a esa necesidad de llevar la razón.
En esta situación te estás cerrando a la posibilidad de ver en profundidad lo que la otra persona tiene que decir.
Por tanto no admites sin darte cuenta que lo que tu defiendes, no es que sea erróneo, sino que probablemente una variante sencillamente.
2.- Cuando la otra persona expone su pensamiento o rebate el tuyo, sientes rechazo, frustración o incluso enfado.
Te estas sintiendo atacado y por ello te pondrás a la defensiva, sin dar opción a poder recibir lo que te están exponiendo.
Si te sirve de algo, no es contra ti, es a favor de su idea, y aun así en muchas ocasiones incluso la idea que estoy defendiendo ni siquiera es mía.
Cuántas ideas tenemos instauradas por creencias antiguas o razonamientos de otros que en su momento calaron en nosotros y con el tiempo hemos desestimado.
Quizás porque ya no nos servían o porque pasamos por una situación que nos demostró otra forma de hacer las cosas.
El caso es que cambiamos una creencia y pudo ser por dos motivos principales, por imposición en el caso de la situación que nos mostró el otro camino.
O por inspiración en el caso de que algo dentro de mi ya me estaba diciendo que buscara otra forma de hacer las cosas.
Y si viésemos el debate con otra persona como ese termino medio entre la imposición y la inspiración, algo que viene desde fuera, solo que de una forma sutil.
Esa semilla que va calando en nosotros y llegado su momento y si así lo quiere nuestra naturaleza, llegara a dar su fruto.
Aunque no lo creas, desde mi enfoque cuando ponemos barreras para no dejar entrar una idea, también estamos poniéndolas a la hora de que salgan.
El mismo mecanismo fisiológico que bloquea el intelecto para no recibir información cuando no nos interesa, también lo hace a la hora de dejar fluir las ideas.
Para contrarrestar este bloqueo es super importante tener una energía elevada por eso te quiero regalar una guía creada con mucho amor en la que encontraras tecnicas y formas naturales de elevar tu energía vital a través sin mucho esfuerzo y de una forma amable, pideme tu guía gratuita clicando en el siguiente botón.
Ahora me gustaría compartirte un cuento de sabiduría milenaria.
Patrimonio ético de la Humanidad.
LAS CREENCIAS
En una pequeña ciudad de un lejano país, habitada por hombres y mujeres amantes del saber y la cultura, se anunció la llegada inminente de dos eruditos.
Dos hombres famosos en la comarca, no sólo por sus palabras armoniosas, sino también por sus ideas agudas e ingeniosas; ideas y palabras que, en general, dejaban eco en las almas de los que les escuchaban.
Llegó al fin el día anunciado en el que todos los ciudadanos se reunieron en la plaza para asistir al comienzo de lo que se esperaba como la gran disertación sobre una verdad definitiva.
La multitud se sentía regocijada con ese aire de fiesta que se suele generar antes de los grandes acontecimientos.
De pronto hicieron su aparición las dos imponentes figuras de los hombres importantes. Se diría que habían pensado y estudiado mucho a juzgar por su porte, su actitud y sus largas barbas…
El pueblo guardó silencio hasta que un representante de la comunidad, dirigiéndose a los presentes, anunció el comienzo de un debate. Un debate que, nada más y nada menos, versaría sobre la existencia o la no existencia del Dios de aquellas tierras.
En primer lugar, habló el que sostenía que Dios existe. Sus palabras emocionadas y su ardor fervoroso y lúcido, irradiaron de tal forma a los allí congregados, que transcurrió hora y media sin que nadie se moviese o bostezase.
Cuando finalizó su brillante discurso, toda la plaza estalló en un aplauso que, según se dijo, conmovió hasta a las palomas de las torres más alejadas.
A continuación, y tras un breve descanso, comenzó a disertar el que opinaba justamente lo contrario, que aquel Dios no existía.
Sus palabras enteradas y fluidas y la contundencia vivencial de sus argumentaciones, resultaban tan sinceras y profundas que todo el pueblo se emocionó ante la nueva verdad que estaban compartiendo.
Tras otra hora y media de atención total, el erudito finalizó su discurso entre aplausos emocionados y admirativos de los presentes.
Y así fueron pasando las horas, mientras los predicadores con respeto mutuo desarrollaban sus conclusiones. Poco a poco transcurrió la noche, y ya al filo del alba se dio por finalizado el debate, momento en el que todos los presentes se retiraron a dormir.
Los oradores también se dirigieron a sus casas, pero…, ¡oh paradoja de la vida! Una vez en el interior de las mismas, aquel que había defendido durante toda la noche la no existencia de Dios, se dirigió con gesto inquieto al desván de su casa, y del fondo de un viejo arcón rescató una figurilla de marfil que representaba al Dios de sus padres.
Tras limpiarla del polvo de los años, la colocó sobre una mesita de su dormitorio y le dedicó una pequeña reverencia.
Al mismo tiempo, en la casa lejana del orador que había defendido la existencia y fervor del Dios de la comarca, se podía ver al profeta tomando las figurillas que sobre un altar con flores se encontraban ensalzadas y, envolviéndolas en un paño, las escondía en el fondo de un viejo arcón del sótano, con un gesto sutil de desdén.
Dicen las tradiciones de aquellas tierras, que un viejo búho blanco que por allí volaba percibió vibraciones que anunciaban algo extraño que en aquella comarca sucedía. Percibió que:
LOS PREDICADORES SE INTERCAMBIABAN CREENCIAS
MIENTRAS EL PUEBLO DORMÍA
3.- No te planteas en ningún momento si lo que estás exponiendo puede ser erróneo o tener alguna posible variante.

En este caso me gustaría traer una reflexión.
Cuando estudiaba Ingeniería, una de las asignaturas que más me fascinaba era la física, bueno a decir verdad “que no absoluta” ya lo hacía desde bien pequeñito.
La profesora que tenía, de la que aprendí en ocasiones mucho más que de los libros.
Comentaba que la física es una ciencia exacta y tan solo hay una rama que no lo es, de hecho a esa rama se la denomina como predicción y es la predicción meteorológica.
Claro que cada vez las predicciones son más exactas.
Y aquí es donde quiero traer mi reflexión que no verdad, ya cada uno que valore.
Incluso en algo tan meticuloso y exacto como la física, realmente el resultado final o sea la verdad, depende de muchos factores.
Llamemosles teoremas, fórmulas, variantes, decimales…
Y desde mi punto de vista lo más importante, los datos que manejamos, los que tomamos de la materia, del estado físico de aquello que estamos estudiando.
Por lo tanto el resultado final dependerá de la vara de medir con la que estamos interpretando la realidad.
Si yo ahora te dijera que se ha demostrado que las líneas rectas no existen, se nos derrumbaría el mundo encima.
¿Se comenzarían a caer los edificios que se han construido gracias al teorema de Pitágoras o las carreteras medidas gracias al mismo, se harían más curvas o largas?
Sencillamente las reglas que se utilizaron para realizar la función que se quería conseguir en ese momento, tenían la exactitud o rango de error necesarios para que todo engranase a la perfección.
Hay esta, los grandes físicos lo sabían y por eso construyeron, demostraron e inventaron gran parte de las cosas que ahora nos hacen la vida más cómoda.
Y sobre todo porque fueron capaces de ver lo que hasta el momento se veía como una realidad o verdad absoluta, sencillamente como una ley en la que profundizar, demostrar, debatir o incluso desechar.
También tenían la mente abierta a que aquello que solo podían imaginar y no explicar, tuviera su base científica o axioma que aun no siendo conocido aún pudiera hacer que la idea se volviera realidad.
Conclusión:
Bueno antes de nada pregúntate, ¿cómo has estado leyendo este artículo?
Supongo que abierto a ver nuevas posibilidades.
Hay tantas cosas en esta vida que nos muestran como verdades absolutas que es complicado en ocasiones discernir.
En muchas ocasiones, encontramos artículos sobre estudios científicos y los defendemos a capa y espada.
Cuando te veas haciéndolo, pregúntate, si eres conocedor de todo el proceso llevado a cabo para hacer esa demostración.
Si ese estudio estaba realizado con la vara de medir que pueda funcionar para todas las personas con las que lo vayas a compartir.
Si el fin de esa investigación era demostrar solo una variante o poner sobre la mesa todas las variantes que pudiera presentar dicha situación
Los que ya me seguís y conocéis, tanto los que no, podéis deducir por la web que enfoco lo que expongo a cuidar y potenciar nuestra energía.
Unas de las situaciones que inconscientemente más energía nos quita es hablar de cosas que no hemos vivido en primera persona.
Sin ser consciente de ello, nos vemos hablando de un rumor con alguien y nos sentimos cómodos, quizás por que estamos acostumbrados a ello.
A nivel subconsciente, nuestro cerebro sabe que eso no lo hemos vivido y eso es un desgaste mental que no percibimos pero que esta hay.
Ahora párate a pensar cuantas cosas defiendes a lo largo del día.
Ya sea por patrones, creencias o verdades instauradas en la mayoría de los casos por otras personas en ti.
Y en el resto de casos por ideas preconcebidas en tu cabeza creadas por situaciones del pasado.
En las que muchas de ellas se ven condicionadas más por la perspectiva que tenías de la situación en aquel entonces que por la realidad del momento.
Si haces la prueba de mirar esas situaciones del pasado desde la objetividad, como si fueras un espectador externo, sin juicios hacia ti o a la situación que vivistes.
Ya se que esto no es fácil de hacer e incluso la mayor dificultad sea el preguntarse, para qué me dice Raúl que haga yo esto ahora.
Solo te animo a que dejes todas las creencias a un lado y lo intentes, te darás cuenta de que al principio cuesta, incluso aún poniendo consciencia, seguirás juzgando alguno de los factores.
Lo bueno es que en la mayoría de los casos te irás dando cuenta de que percibirás que muchos de los matices de aquella situación, al hacer estas tomas de conciencia, van tomando otras interpretaciones.
Aquí es donde puedes hallar la diferencia e incluso descubrir alguna herida más antigua que está por sanar.
En definitiva y para ir cerrando, como digo en otro de mis artículos, somos amor en esencia, solo que ese amor está en esta dimensión material.
Relacionándose con el entorno en gran medida con una herramienta que descubrimos relativamente hace bien poquito y encima venía sin libro de instrucciones.
Nuestra mente, que para interactuar con el mundo, lo necesita hacer desde una perspectiva dual, y a todo este conjunto de factores lo denominamos EGO.
Y es que cuando conectamos con nuestra esencia estamos en amor, estamos abiertos a experimentar, a vivir sin trabas, sin límites, sin barreras y esa apertura nos facilita ver otras perspectivas o verdades como posibles.
Si estamos en ego, estamos en protección, en defensa en miedo, cerrados a otras posibilidades, por que la que conocemos aun siendo en ocasiones incómoda es la que sabemos dónde nos lleva o que por lo menos nos cubre las necesidades básicas que al final es de lo que entiende nuestro EGO.
¿Cómo te sientes después de leer el post? ¿ Quizás has descubierto que en algún momento ha aflorado el ego?
En ese caso te animo a que vuelvas a leerlo desde la consciencia y en el apartado que te veas cerrándote, quizás ahí puedas encontrar algo en lo que indagar en lo profundo de tu ser.
Este tema es una gran herramienta para gestionar las relaciones.
Si estás en ese momento de tu vida en el que ves que ciertas relaciones no son como esperabas quizás sea una buena opción, profundizar aún más en la materia.
Puedes encontrar mucha información y artículos que te ayudarán a ello.
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